Hablar de la obra de Joan Pere Viladecans, es hablar de figuración, abstracción, y el diálogo entre ambas. También de pintura y grabado, naturaleza, viva y muerta, del tiempo, de la vida y mucha poesía. El interés por esta última ya estaba presente incluso en su infancia, cuando con apenas tres años su abuela puso en sus manos un ejemplar del Romancero Gitano de Lorca. Ahora, el artista catalán con gran bagaje internacional presenta un nuevo bibliófilo “Salveu-me la mirada”, en el que recorre la obra de Miquel Martí i Pol acompañándolo esta vez como artista y no como lector, y materializando la atmósfera y los ambientes presentes en los 5 pasajes vitales de la obra del poeta. Una publicación de coleccionista, donde el arte y la poesía se enmarcan en acabados de lujo y donde hemos tenido el honor de participar.
Viladecans es de los que piensan que el estilo siempre evoluciona, aunque el propio artista no sea consciente. Así vemos como sus primeros trabajos complejos y barrocos correspondían a una mente joven con mucho que decir y poco espacio de trabajo. Ahora en cambio cuenta con dos estudios, uno en Barcelona y otro en Canet de Mar, donde la luz y el espacio corresponden más al de una nave industrial que al típico rincón del artista.
A lo largo de los años ha destilado su estilo a una temática más simple, pero también más certera, teniendo como principal objetivo cuestionar al espectador a través de elementos, colores, soportes y acabados de origen diverso. Acérrimo a la creencia de que el arte también debe servir a un fin, Viladecans se inspira en la vida misma para lanzar preguntas concretas que cuestionan campos relativamente abiertos como la naturaleza o el tiempo. Trata la sugerencia como pocos, ofreciendo al espectador la posibilidad de completar lo inacabado, de manera que los sentimientos y la percepción de cada uno dialoguen fluidamente con la obra. Al final todo se resume en la comunicación, que según Viladecans es a lo que debe aspirar una pieza.
Por eso entiende que la reproducción de una obra, y más en complejos proyectos como su última pieza, es algo necesario e inevitable y más en plena era de la información. Para este tipo de obras lo principal es trabajar teniendo en mente la impresión desde el inicio, además de estar siempre a pie de máquina en todas las etapas del proceso, para guiar y realizar las rectificaciones necesarias. En “Salveu-me la mirada”, Viladecans ha realizado un estricto seguimiento de la reproducción y el resultado es una pieza cuya la calidad de impresión, sus acabados, y su criterio artesano en los detalles casi engañan a la mente, que busca de forma instintiva tocar texturas extraordinarias.
Para saber más sobre la producción de gran obra como ésta, escríbenos a info@syl.es
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